El octavo domingo después de la Resurrección.
Juan 6,25-35
[25]Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?».
[26]Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
[27]Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello».
[28]Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?».
[29]Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado».
[30]Y volvieron a preguntarle: «¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
[31]Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo».
[32]Jesús respondió: «Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
[33]porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo».
[34]Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan».
[35]Jesús les respondió: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.
Feliz y Bendito domingo.