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Declaración del Santo Sí­nodo de la Igl Declaración del Santo Sí­nodo de la Iglesia Siriana ortodoxa de Antioquí­a, celebrado en el monasterio San Efrén - Maarat Saydnaya, Damasco - Siria. Luego de la entronización de S. S. Ignacio Efrén II al trono de la Santa Sede Apostólica de Antioquí­a, autoridad máxima de la Iglesia Siriana Ortodoxa en el mundo, y bajo su presidencia, los prelados de la Iglesia celebraron el Santo Sí­nodo en Maarat Saydnaya el 30 de mayo de 2014. A este Santo Sí­nodo asistieron Su Beatitud Basilio Tomás I, Católico (Obispo General) de la India, y la mayorí­a de los miembros. Este Santo Sí­nodo es el primero que se celebra bajo el Patriarcado de S.S. Efrén II. Comenzando con la oración e invocando la asistencia del Espí­ritu Santo, S.S. inauguró las sesiones del Santo Sí­nodo. Dio gracias a Dios por el don de haberlo elegido para ser el padre de todos los sirianos del mundo. Pidió la ayuda divina para emprender y continuar la peregrinación de los grandes patriarcas que lo precedieron, quienes condujeron a la Iglesia con la sabidurí­a y temor del Señor. Los prelados de la Iglesia, por su parte, aseguraron su obediencia al Patriarca, y le manifestaron su total disposición y colaboración para beneficio de la Santa Iglesia y para la salvación de las almas. S.S. presentó su proyecto en el plano espiritual, humano, jurí­dico, social e institucional. Además de los desafí­os que la Iglesia y sus feligreses enfrentan, no sólo en Oriente Medio, sino también en la Diáspora, S.S. insistió en que debemos cumplir con muchos y variados deberes y obligaciones. Mencionó las caracterí­sticas de las relaciones entre Antioquí­a y la India, la perla de la corona de la Sede de Antioquí­a. Destacando el papel único de Su Beatitud al mantener la fe y completa obediencia a la madre Iglesia de Antioquí­a y su Jefe Supremo, S. S. escuchó las opiniones, sugerencias y expectativas de los prelados del Sí­nodo. Los padres del Sí­nodo agradecieron a la Providencia Divina que permitió que este Sí­nodo histórico tenga lugar en Damasco, capital de Siria y sede única de la Santa Sede Apostólica de Antioquí­a. Agradecieron los esfuerzos y las facilidades que el Gobierno sirio ofreció para el éxito de la entronización y el cumplimiento de su deseo que este Santo Sí­nodo se celebre en la amada Siria. En esta ocasión, además, los Padres del Santo Sí­nodo telegrafiaron a Su Excelencia el Sr. Bashar Al-Asad, Presidente de la República írabe Siria, dándole las gracias por su amor y cuidado por los sirios, su vida y su presencia activa en Siria. Pidiendo al Señor que su paz pronto prevalezca en la tierra Siria, y elevando oraciones por las almas de los mártires sirios. A continuación los padres trataron los siguientes asuntos: 1. La situación de S.E.R. Monseñor Gregorio Youhanna Ibrahim, arzobispo siriano ortodoxo de Alepo y sus alrededores, y de S.E.R. Monseñor Paul Yazigi, arzobispo griego ortodoxo de Alepo e Iskendaron. S.S. aseguró que, con la colaboración de S.B. Juan X y de todos los verdaderos amigos, seguirá el caso con el fin de acelerar la liberación de los dos arzobispos. Pidió a los fieles multiplicar las oraciones por su regreso seguro. 2. La necesidad de conmemorar el primer centenario del Genocidio siriano (Sayfo 1915), en el que el número de mártires fue de aproximadamente medio millón. El Sí­nodo decidió formar un comité para prepararse para esta dolorosa conmemoración. 3. La importancia de la enseñanza y la difusión de la lengua sirí­aca que nuestro Señor Jesucristo santificó y la reactivación del profundo Patrimonio sirí­aco. Por lo tanto, los prelados pidieron al pueblo sirio mantener la tierra de los padres y antepasados y de evitar dejarla. También denuncian la migración que nuestros pueblos están atravesando en los paí­ses de Oriente Medio. 4. En el campo Ecuménico, S.S. aseguró que continuará muy intensamente la colaboración ecuménica con otras denominaciones cristianas, para lograr la unidad de los cristianos que Jesús mismo nos manda cuando dice “que todos sean uno”. En cuanto a las relaciones entre islámicos y cristianos, los Padres del Sí­nodo insisten en la necesidad de la convivencia y la aceptación del otro, que es el resumen de la Enseñanza Divina. Por último, los Padres del Santo Sí­nodo ofrecieron oraciones por el bien de la Iglesia y sus hijos. Oraron también por el alma del extinto Patriarca S.S. Moran Mor Ignacio Zaqueo I Iwas. Pidieron al Señor difundir su paz y tranquilidad en el mundo. S.S. el Patriarca bendijo a los miembros del Santo Sí­nodo y les pidió transmitir sus bendiciones apostólicas y amor a los sirianos de todo el mundo.

 

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