El 14° domingo después de la Resurrección.
Marcos 3,20-30
[20]Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer.
[21]Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: «Es un exaltado».
[22]Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios».
[23]Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: «¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?
[24]Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.
[25]Y una familia dividida tampoco puede subsistir.
[26]Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin.
[27]Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
[28]Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran.
[29]Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre».
[30]Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro».
Feliz y bendito domingo.