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Con Bendición de Dios S.E. el Arzobispo Crisóstomo participó el pasado jueves 24 de noviembre de la Celebración del Día de la Libertad Religiosa bajo el lema “Argentina unida por la construcción de una paz duradera”, y durante el acto diversos representantes y líderes religiosos de las diferentes confesiones de nuestro país pronunciaron una oración por la paz.

En su carácter de invitado, S.E. el Arzobispo  Crisóstomo pronunció un discurso a favor de la paz, y rezó una oración de la Paz según el rito de la Navidad de San Santiago de Sarug +521, y el Padre Nuestro en arameo, provocando una honda emoción en los presentes.  

El evento fue organizado por la Secretaría de Culto de la Nación, y se realizó en el Palacio San Martín, sede ceremonial de la Cancillería, siendo presidido por el secretario de Culto de la Nación, Embajador Guillermo Oliveri, encontrándose presente el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.

La declaración por la Libertad Religiosa sostiene: “La paz constituye un valor, un principio y un objetivo inherente a toda a la humanidad, así como los derechos humanos son patrimonio común e inalienable de todas las personas, la idea de paz y de la necesidad de su realización está en la mente y en el corazón de todos nosotros”.

Asimismo afirma que “las religiones tienen una gran potencialidad de contribuir a la paz, y para ello es condición imprescindible la libertad religiosa como camino, para que puedan trabajar en pos de la realización del objetivo de la paz como valor multicultural y principio que trasciende a todas las religiones de la humanidad y que, por lo tanto, une a todos los seres humanos más allá de sus creencias o religión”.

Durante el encuentro se plantaron dos olivos en el Jardín de los cardenales donde está emplazado un fragmento del Muro de Berlín donado por el gobierno de Alemania.

Asistió junto a S.E. Arzobispo Crisóstomo, el Dr. Gustavo Leonardo Gulayin,  ex dirigente de la Asociación Siriana Ortodoxa,

 Al finalizar el evento se celebró un recepción, en el cual se mantuvo un cordial  diálogo con representantes diplomáticos, religiosos y funcionarios presentes.