El primer domingo después de la fiesta de la Cruz.
Marcos 13,32-37
[32]En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.
[33]Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.
[34]Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
[35]Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.
[36]No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
[37]Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!».
Feliz y Bendito domingo.